María VIctoria Vázquez
84 páginas
Cuentos

Me dobla hacia un lado, hacia el otro. Soy un trozo de papel en manos de un artesano. Nada duele, ni el cuerpo ni el yunque que tenía dentro. Lloro y me pliega, despliega, repliega. Un brazo aquí una pierna allá. Me abro y me cierro, uso las marcas que se van formando en mí para crear algo hermoso.

Los lectores no debiéramos pecar de impacientes, pero confieso que esperaba con ansiedad la llegada de este nuevo libro de cuentos de María Victoria Vázquez. En días en los que se confunde a la literatura con la palabrería, es un placer disfrutar de historias atrapantes redactadas con empeño, pasión y talento.

En Una ventana abierta Vázquez tensa la cuerda y va un paso más allá. Por medio de una prosa cálida, pero a su vez precisa y libre de grandilocuencia, reflexiona sobre la ruina, las pérdidas, la vejez y el abandono.    

Uno de los más bellos pasajes del cuento “Equilibrio”, dice: Observó cómo una gota de rocío se deslizaba por la hoja de un árbol y cómo su peso, aunque ínfimo, bastaba para empujar la hoja apenas hacia abajo. Cuando la gota terminó su recorrido y cayó, la hoja volvió a su posición original.

Es así como nos recorre —y atraviesa— cada párrafo y cada página, con la profunda sutileza de una gota de rocío. Pero con una salvedad: tras su paso no recuperaremos nuestra posición original, ya no volveremos a ser los mismos. Algo habrá cambiado en nosotros.  

Pablo Di Marco
 

Una ventana abierta - María Victoria Vázquez

$8.500,00
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Me dobla hacia un lado, hacia el otro. Soy un trozo de papel en manos de un artesano. Nada duele, ni el cuerpo ni el yunque que tenía dentro. Lloro y me pliega, despliega, repliega. Un brazo aquí una pierna allá. Me abro y me cierro, uso las marcas que se van formando en mí para crear algo hermoso.

Los lectores no debiéramos pecar de impacientes, pero confieso que esperaba con ansiedad la llegada de este nuevo libro de cuentos de María Victoria Vázquez. En días en los que se confunde a la literatura con la palabrería, es un placer disfrutar de historias atrapantes redactadas con empeño, pasión y talento.

En Una ventana abierta Vázquez tensa la cuerda y va un paso más allá. Por medio de una prosa cálida, pero a su vez precisa y libre de grandilocuencia, reflexiona sobre la ruina, las pérdidas, la vejez y el abandono.    

Uno de los más bellos pasajes del cuento “Equilibrio”, dice: Observó cómo una gota de rocío se deslizaba por la hoja de un árbol y cómo su peso, aunque ínfimo, bastaba para empujar la hoja apenas hacia abajo. Cuando la gota terminó su recorrido y cayó, la hoja volvió a su posición original.

Es así como nos recorre —y atraviesa— cada párrafo y cada página, con la profunda sutileza de una gota de rocío. Pero con una salvedad: tras su paso no recuperaremos nuestra posición original, ya no volveremos a ser los mismos. Algo habrá cambiado en nosotros.  

Pablo Di Marco