Sebastián Grimberg
86 páginas
Novela

No fue fácil escribirte y sentir, mientras lo hacía, que te tenía adelante, que te hablaba; porque escribirte, que es tanto una posibilidad como un fracaso, implica aceptar que no fui el padre que yo esperaba y, seguramente, tampoco el que esperabas vos. Escribirte es también reconocer que fui un cobarde, un tipo despreciable que, por querer ser otro se odió a sí mismo, embobado por fantasías, cabalgando en la facilidad del odio. Queriendo ser otro odié a los míos, queriendo ser otro me odié a mí mismo.

Un padre, que se considera a sí mismo un fracaso de padre, se acerca al hijo que siempre malcomprendió para proponerle una manera de reencontrarse: un crimen familiar, para recobrar un tesoro perdido (¿nazi?) que él cree le corresponde.

Esa es la premisa inicial de la novela de Sebastián Grimberg. Una trama propulsada por una voz confesional, casi una carta de un padre susurrada a oídos del hijo, que arrastra consigo el fracaso de una vida entera, y la ilusión torpe de una redención que solo puede propagar la desgracia y el daño.

Sin heroísmos ni grandilocuencias, y con una verosimilitud tan hechizante como desoladora, Grimberg logra desenvolver el modo específico en que una familia consigue ser miserable, y nos cuenta la historia con la prosa elegante de los asesinos.

Epistolar, concreta, sensible e íntima, Vistamar IX, casi como Kafka en la Carta al Padre pero al revés, forja la peripecia literaria de revelar la esencia final y, al mismo tiempo, de liberar sin compasión el secreto de una desdicha.

Debret Viana

Vistamar XI - Sebastián Grimberg

$8.500,00
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No fue fácil escribirte y sentir, mientras lo hacía, que te tenía adelante, que te hablaba; porque escribirte, que es tanto una posibilidad como un fracaso, implica aceptar que no fui el padre que yo esperaba y, seguramente, tampoco el que esperabas vos. Escribirte es también reconocer que fui un cobarde, un tipo despreciable que, por querer ser otro se odió a sí mismo, embobado por fantasías, cabalgando en la facilidad del odio. Queriendo ser otro odié a los míos, queriendo ser otro me odié a mí mismo.

Un padre, que se considera a sí mismo un fracaso de padre, se acerca al hijo que siempre malcomprendió para proponerle una manera de reencontrarse: un crimen familiar, para recobrar un tesoro perdido (¿nazi?) que él cree le corresponde.

Esa es la premisa inicial de la novela de Sebastián Grimberg. Una trama propulsada por una voz confesional, casi una carta de un padre susurrada a oídos del hijo, que arrastra consigo el fracaso de una vida entera, y la ilusión torpe de una redención que solo puede propagar la desgracia y el daño.

Sin heroísmos ni grandilocuencias, y con una verosimilitud tan hechizante como desoladora, Grimberg logra desenvolver el modo específico en que una familia consigue ser miserable, y nos cuenta la historia con la prosa elegante de los asesinos.

Epistolar, concreta, sensible e íntima, Vistamar IX, casi como Kafka en la Carta al Padre pero al revés, forja la peripecia literaria de revelar la esencia final y, al mismo tiempo, de liberar sin compasión el secreto de una desdicha.

Debret Viana